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PILAR 1: AUTOCONSCIENCIA
RUTA 2: CONFIANZA EN ACCIÓN
RUTA 3: FOCO
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Mi Brújula Interior

El punto de partida para desarrollar altos niveles de confianza en ti misma es reflexionar y elegir cuáles son tus valores…decidir con claridad en que crees y en que orden y luego organizar tu vida para que todo refleje esos valores.

Adaptación de un texto de Bryan Tracy.

¡TU BRÚJULA INTERIOR SON TUS VALORES!

Esto lo aprendí del Dr Russ Harris (y te compartiré parte de sus planteamientos)

¿Y cuál es la relación entre los valores y la confianza?

Los valores están intrínsecamente relacionados con la confianza por varias razones fundamentales:

Inspiración y Motivación: Los valores personales actúan como una fuente de inspiración y motivación. Cuando vives de acuerdo con tus valores, te sientes más auténtica y comprometida con tus acciones y decisiones. Este alineamiento con tus valores fortalece tu confianza en ti misma, ya que sientes que estás actuando de manera coherente con lo que consideras importante y valioso.

Orientación y Claridad: Los valores proporcionan orientación y claridad en la toma de decisiones. Cuando enfrentas dilemas o decisiones difíciles, recurrir a tus valores te ayuda a tomar elecciones que se alineen con tus creencias fundamentales. Esto reduce la incertidumbre y aumenta la confianza, ya que sabes que estás tomando decisiones coherentes con tus principios.

Satisfacción y Logro: Vivir de acuerdo con tus valores te brinda una sensación de satisfacción y logro a medida que avanzas hacia tus metas y objetivos. Cuando persigues metas que reflejan tus valores, cada paso hacia el logro de esas metas se siente significativo y gratificante. Esta sensación de progreso y logro contribuye a una mayor autoconfianza.

Resiliencia: Los valores pueden actuar como un amortiguador contra la adversidad. Cuando enfrentas desafíos o fracasos, la base de valores sólidos te ayuda a mantener la confianza en ti misma. Sabes que estás comprometida con tus valores, independientemente de las circunstancias, lo que te permite mantener una actitud resiliente ante las dificultades.

Autoaceptación: También promueve la autoaceptación. Aceptar quién eres y cómo te comportas de acuerdo con tus valores te permite desarrollar una autoimagen positiva y una mayor autoestima, lo que a su vez refuerza la confianza en ti.

En resumen, los valores personales no solo son una parte integral de tu identidad, sino que también actúan como pilares que sostienen tu confianza en ti misma al proporcionar dirección, propósito y autenticidad en tus acciones y elecciones. Cuando te alineas con tus valores, te sientes más segura y capacitada para enfrentar desafíos y perseguir tus metas.

Ahora bien, es importante tomar en cuenta que, puede que tengas claro tus valores, tu próposito, tus metas, si no lo pones en practica o en acción, no pasa nada, y tu confianza no aumentará.

No podemos esperar sentir confianza en algo si no hemos adquirido las habilidades necesarias para hacerlo.

Por ello es importante PRACTICAR!

Y aunque la practica puede ser incómoda, ya que activa pensamientos y sentimientos incómodos, evitarla, postergarla o encontrar excusas para no hacerlo (ya que naturalmente buscamos evitar el malestar), a corto plazo, esta evitación nos hace sentir bien, pero a largo plazo puede tener consecuencias negativas.

Los psicólogos llaman a este patrón de evitación de pensamientos y sentimientos incómodos “evitación experiencial”. Todas somos propensas a ello hasta cierto punto, ya que nadie disfruta de pensamientos y sentimientos desagradables. Sin embargo, cuanto más evitas el malestar, más limitas tu vida y aumentas el estrés, la procrastinación, la apatía, la pereza, el perfeccionismo, las preocupaciones, y lo que es más lamentable LAS DUDAS SOBRE TI MISMA (este patrón se conoce como “vivir en la zona de seguridad”).

Por ello es importante estar consciente y alerta para involucrarte en las tareas que te has propuesto.

Un ejemplo sencillo de evitación experiencial es no llevar a la acción la dieta, los ejercicios que ibas a comenzar, el emprendimiento que soñaste, leer un libro, llamar a una amiga, plantear una conversación, ¿Te ha pasado? Probablemente, tu mente trató de justificarlo diciendo que no era importante o que podrías hacerlo más tarde. Sin embargo, ¿no sentiste cierto malestar cuando pensaste en hacerlo? Y, ¿no experimentaste un alivio cuando decidiste saltártelo? Esto demuestra cómo la evitación experiencial puede influir en las decisiones.

Y a la mayoría de nosotros esto nos ocurre periódicamente. Cuando aplazamos o
excluimos objetivos y propuestas importantes, lo más probable es que no estemos siendo
sinceros con nosotros mismos; no nos estamos comportando como la persona que
realmente queremos ser; no estamos tomando decisiones acordes con nuestros mejores
intereses a largo plazo.

La pregunta clave es ¿cómo puedes motivarte a practicar y a salir de tu zona de seguridad?, especialmente cuando te sientes cansada, triste, ansiosa o con poco ánimo. La respuesta radica en TUS VALORES PERSONALES, que son lo que realmente puede impulsarTE y mantenerTE motivada a largo plazo.

La brújula interna de nuestros valores actúa como una guía que nos dirige en nuestro viaje y nos ayuda a mantener el rumbo.

Pregúntate:

¿Qué es lo más importante en tu vida?

¿Cuándo te has sentido más auténtica y satisfecha contigo misma?

¿Qué actividades o acciones te hacen sentir más feliz y plena?

¿Cuáles son las cualidades o características que más admiras en los demás?

Si pudieras hacer una diferencia positiva en el mundo, ¿qué cambiarías o contribuirías?

¿En quién te quieres convertir a partir de hoy?

¿Quieres ser alguien con mente abierta, flexible, considerada, amigable, servicial, respetuosa, confiable, leal, honesta? o ¿Quieres ser alguien con liderazgo, autonomía, facilidad para las relaciones y comunicación?

¿Qué te ha revelado este ejercicio (responder estas preguntas con honestidad) sobre la clase de persona que quieres ser, de qué modo quieres tratar a los demás y lo que quieres que represente tu vida? ¿qué es lo que te detiene?

Fíjate que estás preguntas apúntan a tus valores y de acuerdo a los que te identifiquen, accionarás.

¿Cuáles son tus valores? -aquí una pequeña lista de ellos-

Muchas veces, descubrirás fuertes desequilibrios entre tus valores y tus actos, ¿por qué? básicamente por miedos, a no pertenecer, al rechazo, a la crítica, a no ser suficiente.

Cuando te des cuenta de que tus acciones no están alineadas con tus valores, no te castigues a ti misma, recuerda #prohibidolastimarte. Esto simplemente te recuerda que eres un ser humano normal, no un superheroína de ficción. Nadie actúa de acuerdo con sus valores todo el tiempo y en todos los ámbitos de la vida, y no es realista esperar semejante cosa. Naturalmente que siempre se puede mejorar a la hora de actuar de acuerdo con los propios valores, sin embargo, nunca vamos a conseguir hacerlo de manera perfecta. Y recuerda: cuanto más destructiva o auto-decepcionante juzgues que es tu conducta, más probable es que estés actuando de una forma no coherente con tus valores.

UN MENSAJE IMPORTANTE:
Ten mucho cuidado, por favor, de no hacer de tus valores reglas rígidas tales como:
«tengo que ser valiente siempre». Si tu mente utiliza palabras como «debería», «tengo
que», «debo, «correcto», «equivocado»…, entonces es que no te está recordando tus
valores; te está imponiendo su ley. Hay una gran diferencia entre valores y reglas.

Ahora, te invito a realizar este ejercicio para GANAR EL JUEGO DE LA CONFIANZA, propuesta por el Dr Russ Harris:

En primer lugar, vas a
clarificar tus valores y objetivos

…y vas a asegurarte de que están sincronizados; que tus
objetivos están en la línea de tus valores. Luego vas a desglosar esos objetivos en actos.
A continuación, vas a emprender esas acciones conscientemente: implicándote
plenamente en lo que haces y desenganchándote de historias inútiles.
A medida que lo hagas, estarás actuando con confianza: apoyándote en ti misma y sabiendo que haces lo
que realmente importa. Finalmente, a medida que lo vayas haciendo mejor es probable que
empieces a notar que los sentimientos de confianza empiezan a hacer su aparición.
Ahora bien, en algún momento del proceso, casi con toda seguridad te vas a quedar
bloqueada. Aparecerán sentimientos de miedo y ansiedad y, muy probablemente,
lucharás contra ellos, aparezcan las dudas sobre ti misma y el perfeccionismo.

Sigue adelante, puesto que en las siguientes lecciones aprenderás como
DE-FUSIONARTE DE ESOS PENSAMIENTOS.

El ejercicio anterior, te muestra una REGLA DE ORO:

Los actos de confianza son lo primero; los sentimientos de confianza vienen después.

Lo que quiere decir es que cuando te plantees algo ¡Hazlo! con miedo, con apatía, con desánimo…¡Hazlo! dáte evidencias. COMO UN ACTO DE FE POR TI MISMA.

Y para finalizar esta lección, ten en cuenta lo siguiente:

  • En la vida, no podemos enfocarnos en todos nuestros valores al mismo tiempo, al igual que no podemos ver todas las caras de un cubo al mismo tiempo. Algunos valores están más prominentes en un momento dado, pero eso no significa que los demás desaparezcan.
  • A medida que avanzamos en la vida, nuestras reglas sobre cómo aplicar nuestros valores pueden cambiar, pero los valores esenciales tienden a permanecer constantes. Por ejemplo, el valor de cuidado y protección puede manifestarse de manera diferente en un niño de seis años y en un adulto con hijos.
  • La importancia relativa que damos a nuestros valores puede cambiar a lo largo de la vida. Lo que es prioritario en un momento puede no serlo tanto en otro, dependiendo de nuestras circunstancias y etapas de vida.
  • No es necesario vivir rigurosamente de acuerdo con nuestros valores en todo momento. Los valores son guías ideales para nuestra conducta, pero no debemos convertirlos en reglas rígidas. La clave es afirmar nuestros valores con suavidad y persiguirlos con firmeza, de manera consciente y flexible.