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PILAR 1: AUTOCONSCIENCIA
RUTA 2: CONFIANZA EN ACCIÓN
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Libérate: Vence la Resistencia y Transforma tu Vida

La mente humana es perezosa. Se autoperpetúa a si misma, es llevada de su parecer y con una alta propensión al autoengaño. En cierto sentido, creamos el mundo y nos encerramos en él. Vivimos enfrascados en un diálogo interior interminable donde la realidad externa no siempre tiene entrada.

A veces, nuestra mente puede ser bastante terca, parece aferrarse a sus creencias, incluso cuando sabemos que están equivocadas.

Vivimos inmersas en un constante diálogo interior que a menudo nos mantiene atrapadas en nuestra propia perspectiva, sin prestar suficiente atención a la realidad que nos rodea.

Imagina a nuestra mente llena de hábitos y creencias arraigadas como un chimpancé hambriento en una selva, es hiperactiva, inquieta y a veces contradictoria. No siempre es fácil de comprender ni de controlar. Tiene sus propios motivos, emociones y expectativas.

Frecuentemente, nos aferramos a creencias negativas sobre nosotras mismas, como si fueran verdades absolutas. Estas creencias pueden limitarnos y afectar nuestra autoimagen. Incluso cuando otros nos muestran evidencia de lo contrario, seguimos defendiendo esas creencias.

Entonces, ¿por qué nos aferramos a estas actitudes negativas, incluso cuando sabemos que no son ciertas? ¿Por qué a veces resistimos el cambio, prefiriendo lo conocido a lo desconocido?

Anthony de Mello decía que los humanos actuamos como si viviéramos en una piscina llena de mierda hasta el cuello y nuestra preocupación principal se redujera a que nadie levantara olas. Nos resignamos a vivir así, limitados, atrapados, infelices y relativamente satisfechos, porque al menos mantenemos los excrementos en ún nivel aceptable. Conformismo puro. La revolución psicológica verdadera sería salirnos de la piscina, pero algo nos lo impide, como si estuviéramos anclados en un banco de arena movediza que nos chupa lentamente. El pensamiento que nos prohibe ser atrevidos y explorar el mundo con libertad está enquistado
en nuestra base de datos:
“Mas vale malo conocido que bueno por conocer”. La piscina.

Cita de Walter Risso

Teilhard de Chardin consideraba que todo crecimiento está vinculado a un grado de sufrimiento. El cambio requiere que desechemos durante un tiempo las señales de seguridad de los antiguos esquemas que nos han acompañado durante años, para adoptar otros comportamientos con los que no estamos tan familiarizados ni nos generan tanta confianza.

Crecer duele y asusta.

Walter Risso

La novedad produce dos emociones encontradas: miedo y curiosidad. Mientras el miedo a lo desconocido actúa como un freno, la curiosidad obra como un incentivo (a veces irrefrenable) que nos lleva a explorar el mundo y a asombrarnos. Aceptar la posibilidad de renovarse implica que la curiosidad como fuerza positiva se imponga a la parálisis que genera el temor. Abandonar las viejas costumbres y permitirse la revisión de las creencias que nos han gobernado durante años requiere de valentía.

Ahora bien, podemos llevar a cabo la ruptura con lo que nos ata de dos maneras:

Lentamente, en el sentido de desapegarse, despegarse, o
De manera rápida, lo cual implica “aceptar lo peor que podría ocurrir” de una vez por todas, en el
sentido de soltarse, saltar al vacío, jugársela sin anestesia.

Nos resistimos al cambio porque éste puede ser incómodo y desorganizador, por lo tanto, preferimos quedarnos en nuestra zona de confort, incluso si esa zona no nos hace felices. Ahora bien, la toma de consciencia está en reconocer que también es una oportunidad para crecer.

A menudo, el cambio implica superar el miedo a lo desconocido y abrazar la curiosidad.

En situaciones extremas, como las crisis, a menudo encontramos la fuerza para cambiar y replantearnos nuestras creencias. Pero, ¿qué pasa si no tenemos esas situaciones límite? En ese caso, requerimos crear nuestras propias oportunidades para el cambio, cuestionar nuestras creencias arraigadas y enfrentarnos a lo desconocido.

La realidad, ella se impone de manera correctiva, los hechos muestran de manera
irrefutable lo absurdo de su creencia. Una. experiencia vital vale más que mil palabras (o muchas horas de consulta). La información que llega de la experiencia directa es mucho más terapéutica que la teoría, aunque las dos son necesarias.

Por lo tanto, cuestionar la realidad, poner en practica otras alternativas, pasar por el cuerpo, por la acción, nos dotará de nuevas experiencias, sentido común y por ende de sabiduría.

El camino es aquietar la mente e inducirla a que se mire a sí misma de manera realista. Una mente madura, equilibrada y que aprenda a perder.
Una mente humilde, pero no atontada.
Una mente abierta al mundo, vigorosa y con los pies en la tierra.

Walter Risso

Recuerda que nuestras creencias pueden ser poderosas, ya sean saludables o no saludables. Y, con valentía y autorreflexión, podemos liberarnos de las creencias limitantes y abrazar una mente más abierta y equilibrada.

Según Risso, al menos tres aspectos influyen para que la mente se cierre sobre sí misma y viva en el auto engaño:

1. La economía mental o cognitiva,

2. Las profecías autorrealizadas y

3. Las estrategias evitativas y compensatorias.

La economía cognoscitiva y la ley del mínimo esfuerzo en la mente humana. Alude a que la mente tiende a ser conservadora y a favorecer las creencias almacenadas en la memoria, incluso cuando la información entrante contradice esas creencias. En este contexto, hay tres opciones que las personas tienen cuando se enfrentan a información que contradice sus creencias: revisar la creencia, calibrarla o crear excepciones, o negarse a revisarla y buscar excusas (la mayoría de las personas tienden a elegir la tercera opción).

Asi entonces, la mente humana tiende a ignorar o modificar la información que es incongruente con las creencias preconcebidas y a aceptar con beneplácito la información que coincide con las expectativas. Por su parte, la economía mental significa que implica que es menos costoso para el sistema mantener las creencias existentes que cambiarlas de manera radical.

Modificar muchos factores asociados a las creencias y que esa modificación supone un costo que no siempre estamos dispuestos a asumir.

Walter Risso

¿Qué hacemos para lidiar con creencias arraigadas?: cambiar radicalmente la creencia o crear excepciones a la regla, que no signifiquen un punto tibio, ya que, la mente tiende a mantener ciertos sesgos cognitivos, Tales como:

Sesgos atencionales: estos sesgos hacen que prestemos atención selectivamente a la información que confirma nuestras creencias preexistentes. Por ejemplo, si alguien tiene una creencia de incompetencia, tenderá a prestar más atención a sus errores que a sus éxitos, lo que refuerza la creencia en su propia incompetencia.

Entonces, decir: “Soy inútil” es mucho más que una opinión, es una revelación convertida en dogma de fe. El slogan educativo con los años se convierte en un mandato difícil de ignorar: “Si mis padres y amigos me lo dicen, por algo es”.
Así nace el paradigma, es decir, la certeza incontrovertible de que soy como me han dicho que soy.

walter Risso

Sesgos de memoria: la memoria humana no es completamente objetiva y precisa. Recordamos eventos de manera sesgada, recordando más fácilmente lo que coincide con nuestras creencias y esquemas. Por ejemplo, si alguien tiene un esquema de inutilidad, es más probable que recuerde situaciones en las que se sintió inútil en lugar de recordar sus logros.

Sesgos perceptuales: pueden llevar a que percibamos e interpretemos la información de una manera que coincida con nuestras creencias preexistentes. Por ejemplo, si alguien cree que una persona es deshonesta, podría interpretar sus acciones de manera sesgada para confirmar esa creencia.

Los sesgos perceptivos te hacen ver lo que no es.Te obligan a llegar a conclusiones equivocadas donde tú eres el centro de todo. Es verdad que no hay percepción totalmente descontaminada, pero de todas maneras hay que intentar viciarla lo menos posible. La mejor estrategia para combatir el sesgo perceptivo es la verificación consciente, que consiste en revisar las premisas de las cuales partes y examinar el proceso por el cual llegas a ciertos resultados.
Las generalizaciones apresuradas son peligrosas porque siempre hay excepciones a la regla que puedes ignorar. Lo ideal es lentificar el proceso perceptivo, observarlo como si se tratara de una película en cámara lenta, estudiarlo paso a paso para no dejar entrar la distorsión.

Es sumamente importante ser conscientes de estos sesgos y de cómo pueden influir en nuestro ser y decisiones. Practicar mantener una atención equilibrada, recordar de manera más objetiva y no tomar decisiones basadas en recuerdos distorsionados, podría aportarnos un montón.

Por lo tanto, superar la resistencia al cambio implica desafiar y modificar nuestros esquemas y creencias arraigadas.

Ya que, somos procesadoras activas de información, es necesario: cuetionar nuestras creencias y juicios, examinar el proceso por el cual llegamos a ciertas conclusiones, reconocer que existen excepciones a las reglas y evitar hacer suposiciones simplistas basadas en estereotipos o prejuicios, enfatizar en la importancia de un procesamiento consciente y crítico de la información para minimizar estos sesgos.

Cuando se incorpora desde la temprana infancia mensajes negativos relacionados con el desempeño (por ejemplo), se puede desarrollar un esquema de incapacidad con el cual se lucha de tanto en tanto sin mucho éxito. Si el esquema de inseguridad permanece desactivado, se acepta a sí misma de manera incondicional, pero si el esquema negativo se activa (por ejemplo, si se fracasa en algún proyecto, o se compara, o se ignora) se deja de ser la mujer feliz y chispeante para convertirse en una persona insegura, retraída e irritable. Cuando la idea de incapacidad se impone, no hay razones ni argumentos que pueden hacer cambiar de opinión a una persona. En esos momentos “oscuros”, se duda de todo y se puede pensar que la vida no tiene sentido, se busca desesperadamente la aprobación y se experimenta resentimiento.

Adaptación de un fragmento de Walter Risso.

Sobre las profecías autorrealizadas, un fenómeno que a veces nos atrapa en el autoengaño. Imagina esto: tienes una creencia o anticipación sobre algo que va a suceder, luego, de manera casi inconsciente, haces todo lo posible para que esa creencia se cumpla y, finalmente, concluyes que tenías razón desde el principio. Es como un círculo vicioso en el que lo que deseas demostrar es precisamente lo que das por sentado.

Por ejemplo, piensas que alguien no te quiere o le caes mal. Entonces, actúas de manera distante o antipática hacia esa persona, anticipándote al posible rechazo. Como resultado, la persona responde de manera indiferente o poco amable, y tú concluyes que tenías razón desde el principio, que definitivamente no te quiere. Es una secuencia que se autoconfirma.

Hay casos comentados por el psicólogo Risso que te mencionaré brevemente para que te des cuenta de cómo se manifiestan estas profecías. Por ejemplo, en uno de sus libros, él relata la historia de una mujer con un trastorno de personalidad narcisista, esta mujer buscaba rodearse de personas admiradoras para confirmar su creencia de que era un ser especial, solamente se relacionaba con aquellos que la adulaban y luego presumía de sus logros para recibir más elogios, lo sorprendente era su conclusión: culpaba a los demás por considerarla especial, cuando en realidad era ella quien buscaba esa validación constante.

Otros casos, mujer mayor con un esquema de dependencia que siempre pedía ayuda y mostraba fragilidad, esto llevaba a que la gente la cuidara y la tratara como una persona frágil, lo que reforzaba su dependencia, cuando finalmente decidió cambiar y dejar de proyectar esa imagen de debilidad, pudo romper con el círculo vicioso en el que estaba atrapada. Y un joven adolescente, con la creencia de que no era bueno para estudiar, eligió carreras universitarias difíciles sin estudiar lo suficiente, su profecía se cumplió, pero cuando cambió su enfoque, estudió más y eligió una carrera que realmente le apasionaba, se convirtió en un exitoso economista.

Si enfrentas problemas interpersonales, es posible que estés atrapada en una profecía autorrealizada. Te animo a preguntarte si estás alimentando la controversia con alguien o si eres responsable de que las cosas no funcionen. Identifica cuál es tu creencia de base sobre esa persona y considera si le has dado una oportunidad justa a la relación. A veces, inconscientemente, tendemos a poner trampas a las personas que no queremos en nuestras vidas para validar nuestras creencias negativas.

Recuerda que la rabia que se alimenta a sí misma es como una epidemia. Nuestra forma de relacionarnos con los demás influye en gran medida en nuestro bien-estar emocional y autoconfianza. La mejor manera de transformar las profecías autorrealizadas es darle una oportunidad a los hechos sin nuestra interferencia y cuestionar nuestra interpretación sobre los hechos.

Las estrategias evitativas son un fenómeno curioso en la psicología humana: conscientemente, deseamos dejar de sufrir y eliminar las creencias irracionales que nos causan malestar, pero inconscientemente, fortalecemos esos esquemas negativos al evitar cualquier situación que los ponga a prueba. Es como si viviéramos con un perro grande y enojado al que le tenemos miedo, pero, paradójicamente, lo alimentamos para que cada día sea más fuerte y amenazante, en lugar de enfrentarlo y entrenarlo para que sea menos amenazante. A menudo, estas estrategias evitativas nos mantienen atrapadas en un sufrimiento constante.

La clave para romper este ciclo es aprender a enfrentar tus miedos y creencias irracionales de manera gradual y controlada. Solo enfrentándolos podrás desactivar su poder sobre ti y comenzar a liberarte del sufrimiento que causan.

Debes tomar conciencia de que tú misma alimentas y fortaleces el esquema cuando evitas enfrentarlo. Cada vez que escapas de lo que temes, pierdes la oportunidad de cuestionar la irracionalidad de tu creencia. Se trata de reemplazarlos por otros más adaptativos.

Adaptación de un fragmento de Walter Risso

Y las estrategias compensatorias, son formas especiales de evitación que a menudo usamos para equilibrar o disfrazar lo que no nos gusta de nosotras mismas. En lugar de enfrentar directamente nuestros problemas, tendemos a ocultarlos haciendo alarde de todo lo contrario.

Por ejemplo, si tienes la creencia irracional de que eres poco inteligente, podrías compensarlo al ser extremadamente exigente contigo misma en tus estudios, incluso cuando no sea necesario. Al hacerlo, evitas que los demás vean tu supuesta falta de inteligencia. Esta estrategia puede llevarte al extremo de convertirte en una persona muy estudiosa o “nerd” como mecanismo de compensación.

Otro ejemplo podría ser si te sientes dependiente de los demás y temes perder su apoyo. En lugar de mostrar tu vulnerabilidad, podrías adoptar una actitud de fortaleza y seguridad exagerada para que te vean como un líder en lugar de alguien necesitada.

También es común que las personas que se sienten poco atractivas se rodeen de personas menos atractivas para disimular su propia percepción de fealdad. Esto es un intento de ocultar su inseguridad detrás de la comparación.

Cada persona desarrolla su propio estilo compensatorio basado en su historia y experiencias personales. Por ejemplo, si crees que eres inútil, podrías optar por ser autoexigente y asumir mucha responsabilidad para ocultar ese sentimiento de inutilidad. Por otro lado, podrías reducir tus metas y aspiraciones al mínimo para asegurarte de que siempre alcances el éxito, incluso si no es auténtico.

La premisa subyacente en estas estrategias es evitar que el esquema o la creencia negativa se hagan realidad. Sin embargo, esto solo oculta el problema y crea una barrera que impide que te enfrentes a tus miedos y creencias irracionales.

En última instancia, romper el ciclo de la evitación y las estrategias compensatorias implica aceptar que el cambio puede ser incómodo y doloroso. A veces, tocar fondo puede ser el punto de partida para la transformación. Es importante reconocer que no puedes resolver un problema que mantienes oculto y que enfrentar la verdad de tu vida es el primer paso hacia la liberación y la curación.

¿Qué eliges? ¿Ser una persona sabia, despierta y auténtica, aunque eso signifique enfrentar tus miedos y malestares, o prefieres mantener una fachada que solo perpetúa tu sufrimiento?

La elección es tuya, y recuerda que el camino hacia la verdadera felicidad y autenticidad comienza con la aceptación y la valentía para enfrentar lo que ya no te sirve.

Responde a estas preguntas:

¿Cuáles son las situaciones o experiencias que te generan más ansiedad o temor en tu vida?
¿Qué pensamientos irracionales o negativos pasan por tu mente cuando te enfrentas a esas situaciones?
¿Cómo te sientes física y emocionalmente cuando experimentas ese miedo o ansiedad?
¿Has notado patrones de evitación o comportamientos de seguridad que utilizas para evitar esas situaciones?
¿Qué creencias subyacen a tus miedos? Por ejemplo, ¿qué temes que suceda si enfrentas tu miedo?
¿Cómo crees que estos miedos o evitaciones han afectado tu calidad de vida y tus relaciones personales?
¿Has intentado enfrentar conscientemente alguno de tus miedos en el pasado? ¿Qué ocurrió en esos casos?
¿Te gustaría superar estos miedos y creencias irracionales para mejorar tu bienestar emocional y calidad de vida?
¿Qué cambios o pasos te gustaría dar para empezar a enfrentar tus miedos y trabajar en superarlos?

En resumen, la mente humana es una herramienta poderosa que puede utilizarse para comprender el mundo, desarrollar relaciones significativas y buscar un mayor propósito en la vida. Reflexionar sobre su papel en la evolución y cómo la utilizamos en nuestra vida diaria puede ayudarnos a aprovechar su potencial de manera más consciente y significativa.

Daremos pasos agigantados hacia nuestra evolución, cuando asumamos la responsabilidad de liberar la mente de las ataduras y el autoengaño para lograr una comprensión más clara de la realidad y, en última instancia, alcanzar un mayor

bien-estar mental.

Para finalizar esta lección, quiero recordarte que abordar los miedos, creencias irracionales y patrones de evitación es fundamental para tu crecimiento personal y bien-estar emocional. A través de la reflexión, la autoexploración y la toma de conciencia, podras identificar y comprender mejor tus temores y las formas en que afectan tu vida; sin olvidar que cada persona es única, y el proceso de reflexión y cambio puede variar ampliamente. Lo importante es que, al reconocer y abordar estos obstáculos, estas dando un paso hacia una vida más plena, en la que puedes enfrentar tus miedos con valentía.

El camino hacia la superación de los miedos es un viaje personal, ¡y no tienes que recorrerlo sola!.